La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo y específico del aprendizaje que afecta aproximadamente a 1/10 niños provocando fracaso escolar.
Este trastorno está caracterizado por un deterioro en la capacidad de reconocer palabras de forma precisa y fluida, lectura lenta e insegura, escasa comprensión en esta, déficit en el deletreo y escasa capacidad ortográfica. Suelen presentar dificultad en la comprensión cuando estas personas leen pero no cuando lo hacen otras.
Además de presentar dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura, las personas que padecen este tipo de trastorno específico del aprendizaje, pueden presentar problemas en el razonamiento matemático, velocidad de procesamiento, habilidades motrices, percepción visual y/o auditiva. También se pueden ver afectadas la memoria a corto plazo, la organización, la secuenciación y el lenguaje hablado.
Las personas con dislexia no son personas «tontas», ni «vagas» u «holgazanas», sino que, como se ha demostrado con estudios de neuroimagen, mientras leen o escriben utilizan predominantemente áreas del cerebro diferentes a las que utilizan las personas sin dislexia. Estas personas suelen tener un cociente intelectual (CI) normal o incluso superior a la media normal.
La mayoría de los niños aprenden a leer al percibir que las palabras están formadas por los sonidos (conciencia fonológica). Posteriormente conectan los diferentes sonidos con las letras del abecedario (correspondencia entre fonemas y grafemas). Por último, aprenden a combinar los sonidos y las letras para formar palabras y frases y leer de forma automática.
Las personas con dislexia, sean niños o adultos, presentan problemas tanto a nivel de conciencia fonológica como al establecer correspondencias entre grafemas y fonemas, lo que dificulta que la lectura sea un proceso automático que requiere un gran esfuerzo derivando en problemas de comprensión.
Los principales problemas de los niños con dislexia son los que afectan a la conciencia fonológica, la correspondencia fonema-grafema y el reconocimiento rápido de las palabras.
A parte de estos signos y síntomas, también podemos encontrar los siguientes:
Estos síntomas no los tienen que presentar las personas con dislexia en su totalidad, sino que cada persona es única y pueden presentar solamente algunos de ellos. Además, como se ha mencionado anteriormente, estos síntomas son independientes del CI de la persona y a problemas visuales y/ o auditivos.
Otros problemas o complicaciones añadidos que pueden presentar las personas con dislexia son problemas para aprender y seguir las clases en la escuela, problemas sociales y personales como ansiedad, baja autoestima, problemas de conducta y retraimiento social.
Para hacer una clasificación de la dislexia, deberíamos hablar de dos tipos: adquirida y evolutiva.
Asimismo, otra posible clasificación según los síntomas predominantes del paciente es:
El principal problema que encuentran los niños que padecen de dislexia es la autoestima baja, debido a que el sistema escolar y la educación se basa en la lecto-escritura, es decir, donde estas personas presentan los mayores problemas. Por tanto, tienden a sentirse «tontos» y que «no valen para nada».
La dislexia se suele diagnosticar durante la enseñanza primaria. En algunos casos, no es evidente hasta que el niño es mayor y se espera de él que lea y entienda textos escritos extensos y complejos.
La dislexia solo se puede diagnosticar mediante una evaluación exhaustiva e integral hecha por un especialista en lectura, psicólogo o neuropsicólogo, sea en el ámbito escolar o privado. Los pediatras suelen conocer los signos de la dislexia y pueden orientar a las familias para que reciban la ayuda adecuada.
El retraso en la identificación de la dislexia puede crear problemas de mayor importancia en la lectura, así como una baja autoestima. Por eso, es tan importante reconocer los signos y síntomas de la dislexia cuanto antes en la enseñanza primaria e iniciar una instrucción especializada en la lectura de inmediato.
Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento que se puede seguir con estos niños se basaría en realizar estimulación cognitiva siguiendo un plan individualizado partiendo de sus signos y síntomas (puntos débiles) y de sus fortalezas, así como un posible tratamiento psicológico en el caso de que la persona presentara problemas asociados como de autoestima, emocionales, conductuales y/o sociales.
Los niños con dificultades lectoras suelen evitar la lectura porque es una tarea que les supone un gran esfuerzo y que les resulta muy estresante. Por eso, desaprovechan las valiosas oportunidades para practicar la lectura y se van quedando cada vez más atrasados en comparación con sus compañeros de clase.
Es importante que apoye los esfuerzos de su hijo fomentando la lectura y ayudándolo a leer cuando estén en casa. Así mismo, trate de dar a su hijo oportunidades para que desarrolle la confianza en sí mismo.
En PsicoTorres podemos ayudarte a tratar la DISLEXIA. Nos encontramos en Calle María Auxiliadora, Nº 74, 2ºB o Calle María Auxiliadora, Nº 55, Entreplanta. También realizamos terapia online. Pide información y tu cita en el 653234336.
Desde el punto de vista psicosocial, existen una serie de tareas propias de la etapa de juventud (20-40 años aproximadamente). Del correcto desarrollo de ellas dependerá nuestro bienestar emocional en esa etapa del ciclo vital. Para hablar de las tareas de la juventud nos vamos a basar en la teoría del desarrollo que estipuló Robert J. Havighurst.
Las tareas del desarrollo en la juventud según Havighurst las podemos agrupar en cuatro aspectos.
Es el momento de empezar a descubrir quiénes somos, tener pensamiento crítico, dejar de lado lo que desearían que fuésemos y convertirnos, como diría C. Rogers, en PERSONA.
En consulta nos encontramos a muchos jóvenes perdidos que se han dejado llevar por las decisiones que otros han tomado por ellos. Infelices, frustrados, desconocidos de ellos mismos. Personas desconectadas emocionalmente que no se han preguntado, «Y yo, ¿Qué es lo que quiero?». No saben. No pueden responder. Nunca antes se han visto con el derecho a preguntárselo. Multitud de jóvenes que cargan con las expectativas familiares, los legados tanto de negocios como socioemocionales. Llevan a sus espaldas el «tienes que»… vestir de determinada forma, comportarte de aquella manera, no relacionarte con determinadas personas y un largo etc. Os invitamos a reflexionar a través del precioso cuento del elefante encadenado.
Ligado a lo que comentábamos anteriormente, en la juventud, se empieza a construir con más fuerza la forma de ser. No estamos acostumbrados a preguntarnos sobre quiénes somos. Esto es positivo hacerlo a lo largo de toda la vida. Asimismo, preguntarnos si nuestros actos concuerdan con nuestros valores. En caso de no ser así, nuestros actos pueden estar dañando nuestra autoestima. Es bueno reflexionar y resetearnos por dentro de vez en cuando. El encuentro terapéutico es un lugar idóneo para rencontrarse.
La necesidad de estar conectado con otros es fundamental para el desarrollo socioemocional. Hay que ser lo suficientemente independiente para estar preparado para establecer vínculos sanos. De no existir un equilibrio entre la necesidad de independencia y la de intimidad se establecerán relaciones de dependencia emocional, ya sea con amigos, familiares o pareja.
Esta tarea de la juventud tiene que ver con sentirse realizado, autosuficiente y competente. Hay que elegir una meta con objetivos a corto, medio y largo plazo. Adquirir ese compromiso y esforzarse por ello trae consecuencias muy positivas en nuestro autoconcepto y autoestima.
En PsicoTorres podemos acompañarte en este momento vital tan importante. Estamos en calle María Auxiliadora Nº 74, 2ºB y Calle María Auxiliadora Nº 55, Entreplanta o de forma online desde cualquier parte del mundo. Puedes pedir tu cita previa en el 653 23 43 36.
EFECTO DEL ESPECTADOR
¿Alguna vez te has preguntado por qué ante una agresión que sucede delante de muchas personas, nadie o casi nadie hace nada? La explicación la encontramos en la teoría del efecto del espectador.
Así, ante un incidente, como, por ejemplo, una agresión, cuanto mayor sea el número de observadores, menor será la probabilidad de que cualquiera de ellos preste ayuda a la persona necesitada.
En el famoso caso de Kitty Genovese, un hombre la atacaba y la apuñalaba durante 45 minutos, permaneciendo pasivos los 38 testigos que asistían al incidente, sin hacer nada por evitarlo.
¿Cuáles son las explicaciones para esta inanición en estas circunstancias?
La Psicología Social nos aporta 3 procesos implicados:
Como conclusión, podemos decir que la intervención y actuación en los casos de emergencia es el resultado de un proceso de toma de decisiones en la mente de la persona, en el que influyen una serie de factores situacionales que harán que se decida ayudar o no ayudar.
Por eso, antes de juzgar a las personas, hemos de tener en cuenta todos los factores de la ecuación para poder entender su mecanismo.
Estamos en calle María Auxiliadora, Nº 74, 2ºB o Calle María Auxiliadora, Nº 55, Entreplanta. También realizamos terapia online. Pide información y tu cita en el 653234336.
En este post contamos cómo se pueden detectar pensamientos irracionales o distorsiones cognitivas . Para ello, vamos a hablar de los criterios de racionalidad. Estos criterios nos ayudan a saber cuándo estamos teniendo pensamientos inadecuados ante una situación.
Para saber si un pensamiento es cierto, tenemos que basarnos en evidencias, en pruebas palpables. En hechos específicos que corroboren ese pensamiento.
Por ejemplo, una persona puede pensar «voy a suspender». Esto podría ser cierto, pero hay que indagar a través de preguntas del tipo: ¿Cuántas veces has pensado eso y no ha ocurrido? ¿En qué te basas para decir que vas a suspender? si esto te lo contara una persona querida para ti ¿Qué le dirías?
Otro criterio para detectar pensamientos irracionales es que generan emociones muy intensas e inadecuadas ante una situación. En este caso, preguntas que nos pueden ayudar sería: ¿Qué es lo peor que puede pasar? y si pasa, ¿realmente eso es tan malo?
Muchas personas aquí pueden responder que sí, que les produce mucha ansiedad que algún hecho determinado ocurra, aunque sepan que es irracional. Aquí podemos estar hablando de Síndromes de Ansiedad que requieren de un tratamiento psicológico individualizado.
Es importante analizar si lo que estamos pensando es o no es útil. La pregunta clave sería ¿Para qué te sirve pensar de esa forma? Si se encuentran respuestas lógicas perfecto, pero si solo sirve para entrar en un bucle de pensamientos negativos, que además no están basados en certezas… estamos ante pensamientos irracionales.
Otro forma de detectar pensamientos irracionales es a través de las palabras que se utilizan. Suelen ser comentarios extremistas, catastróficos, rígidos, generalizados, etc. Un pensamiento adecuado es flexible. Tiene la capacidad de ver los diferentes grises de una situación.
El primer paso, es detectar o ser conscientes de que algo va mal dentro de nosotros. En ese momento, podemos empezar a trabajar. Si sientes que tienes pensamientos irracionales, cuenta con el equipo de psicólogos de PsicoTorres. Estamos en calle María Auxiliadora, Nº 74, 2ºB o Calle María Auxiliadora, Nº 55, Entreplanta. También realizamos terapia online. Pide información y tu cita en el 653234336.
En este pequeño post vamos a responder a algunas de las preguntas o dudas habituales sobre la terapia online.
Si tienes alguna duda o pregunta más sobre la telepsicología, no dudes preguntarnos sin compromiso a través de alguno de los medios que hemos comentado anteriormente. Gracias a las tecnologías podemos acompañarte en cualquier lugar donde estés.
En esta pandemia, seguimos a tu lado, que el coronavirus no sea un obstáculo para iniciar o continuar un proceso terapéutico. Cuidar de la salud mental es fundamental. Ocuparnos de nuestras emociones también es una forma de cuidarnos físicamente y tener un organismo sano.
El confinamiento total está llegando a su fin y es tiempo de reflexionar. Poco a poco, según la comunidad autónoma, vamos recuperando hábitos y acercándonos a lo que se está denominando la «nueva normalidad». Sería bueno pararnos a reflexionar, echar la vista atrás y hacer un análisis de cómo nos hemos sentido durante este tiempo. ¿Qué nos ha costado más? ¿Qué hemos o estamos echando de menos? y también preguntarnos sobre ¿Qué nos ha gustado de nuestra nueva rutina? De toda adversidad se pueden sacar grandes aprendizajes, sería interesante analizar sobre cómo hemos estado viviendo antes de la pandemia, cómo hemos vivido durante ella y cómo nos gustaría vivir tras superarla.
Muchas son las personas que nos han comentado en terapia que lo están viviendo como una crisis personal. Nunca antes habían tenido tiempo de parar, de estar con ellos mismos y les está sirviendo para conectar con su propia individualidad. A algunas personas, el confinamiento les está sirviendo para darse cuenta de las sombras de las que intentaban escapar. La hiperactividad, momentáneamente, nos ayuda a escapar de nosotros mismos, pero es un simple parche. Lo que no se resuelve, vuelve. No mirar de cara a nuestros conflictos internos nos condena a tropezar con las mismas piedras, repetir patrones o cometer los mismos errores.
Es tiempo de reflexionar sobre nuestro estilo de vida, si queremos conformarnos con «la mera vida» (como diría el famoso filósofo Byung-Chul Han) en la que somos esclavos de nosotros mismos, o queremos empezar a caminar hacia la verdadera libertad. Lanzamos unas preguntas:
Muchas veces la libertad está en las pequeñas cosas, como por ejemplo, en la capacidad de decir NO. En la sociedad del rendimiento y del «puedo con todo» el no poder poder crea culpa y sentimientos de fracaso que pueden derivar en una depresión del «éxito».
Ahora ya no tenemos que buscar la información, hablamos a nuestro móvil para que en un micro segundo nos exponga a un atracón informativo. No revisamos la fuente y cualquier fake news es plausible para nosotros. Todos somos expertos de cualquier tema. En esto consiste el «Efecto de Dunning-Kruger», podéis profundizar sobre este tema en el siguiente artículo–> ¿Por qué la gente opina de todo sin tener ni idea?
Instagram nos ayuda a ponerle un filtro a la vida y nos hace creer que nuestra autoestima se mide en «likes». ¿Somos tan guapos como nuestros «likes»? ¿Somos tan queridos como seguidores tenemos? ¿Cuántas veces has pensado que te encantaría ir por la vida con el filtro de Instagram? ¿Cuántas veces te has sentido triste por compararte con la foto que ha subido una persona? ¿Alguna vez has pensado que te gustaría que tu vida fuera tan interesante como la que muestra otra persona a través de sus fotos?
¿Cuántas veces has sentido que tienes una careta puesta? ¿Has dicho alguna «mentira piadosa» por vergüenza a la verdad? ¿Cuántas veces has dicho que estás bien cuando no lo estás? ¿Cuántas veces has querido aparentar una imagen en la que tú mismo no te reconoces? ¿Intentas fingir ser unos valores o una persona que no eres? ¿Muestras una imagen de dureza por miedo a que te hagan daño?
Estos son otros de los rasgos característicos que priman en nuestra sociedad. Perjudican mucho a la forma de vincularnos. Queremos cuentos Disney, comer perdices y ser felices para siempre. Nos hemos creído que eso es posible y rechazamos todo lo que tenga que ver con el esfuerzo o sacrificio. Las relaciones serias nos abruman, huimos de los conflictos y el mejor consejo que le damos a los amigos es un «no te rayes». No hay tiempo para la tristeza, el análisis, la reflexión, la paciencia, la espera, el silencio, la incertidumbre, la duda. Todo esto nos genera un terrible rechazo.
Como no existe el tiempo de estar con nosotros mismos, no sabemos quiénes somos, ni quiénes hemos sido, ni quiénes queremos ser. Deambulamos dejándonos llevar por lo que se supone que tenemos que hacer a la edad que nos toca. Asimismo, si no cumplimos esos estándares somos unos fracasados o la oveja negra de la familia.
En PsicoTorres tienes un lugar para reencontrarte con tus luces y sombras. Es un lugar de reflexión y análisis. Podemos acompañarte con las dificultades que estés viviendo. Pide cita previa a través del número de teléfono: 653234336. Te acompañamos tanto en terapia presencial como en terapia on line.
Empiezan las buenas noticias con respecto al coronavirus, la curva de los contagios va disminuyendo lo que permite que comencemos con la desescalada. Muchos habrán disfrutado de las pequeñas salidas pero otros tendrán nuevos miedos o verán agudizados sus temores conocidos. Es posible que el miedo al contagio, en principio normal, se convierta en pensamientos rumiativos donde el COVID-19 es el monotema de su mente. Todo ello, puede derivar en cuadros clínicos como el TOC (ver enlace), trastorno que ya explicamos con anterioridad.
En estos tiempos, es normal y necesario que todos tengamos un nivel de alerta superior al habitual. Algunas pequeñas dosis de activación nos permiten estar protegidos y atentos a posibles peligros reales. Es real que tenemos que tener unas medidas de seguridad, como son: la distancia, la mascarilla, los guantes, una buena higiene de manos, una buena limpieza de nuestro hogar o lugar de trabajo, etc. Puede ser más peligroso no ser conscientes de esto. Sin embargo, también es peligroso para nuestra salud mental extremar los rituales de limpieza como forma de compulsión o tener pensamientos rumiativos sobre el COVID-19. Es momento de pedir ayuda profesional si creemos que nuestros pensamientos o rituales están dominando nuestra vida.
En consulta, tras realizar un estudio individualizado del caso, veríamos qué herramientas o técnicas son más oportunas a utilizar. Algunas estrategias psicológicas que han mostrado su eficacia para abordar, a nivel sintomático, problemáticas como el TOC son: técnicas de exposición, la desensibilización sistemática y la restructuración cognitiva (ver enlaces), todas explicadas en nuestros anteriores post.
También existen otros ejercicios que se pueden utilizar de forma alternativa o paralela a estas técnicas que han demostrado tener muy buenos resultados. Os contamos algunos de los que solemos realizar en terapia.
Para romper el automatismo de las obsesiones o compulsiones nos puede servir realizar conductas alternativas que distraigan nuestra atención. Hay muchos ejercicios con esta finalidad. Como no sirve todo para todo el mundo, hay que ir probando en terapia distintas formas de hacerlo.
Para eliminar el bucle de las rumiaciones una tarea interesante puede ser cantar la obsesión en lugar de pensarla. También poner voces raras o divertidas a la obsesión cumpliría la misma finalidad que la anterior tarea citada. Otro ejercicio para combatir los pensamientos intrusivos sería «el comentarista de Radio malas noticias» donde nosotros mismos, cuando reconozcamos que estamos siendo catastrofistas, usemos el humor para restructurarnos el pensamiento. Las redes sociales nos dan una información positiva en este sentido, hay miles de memes, parodias, chistes o canciones que nos pueden servir de ejemplo o guía para crear nuestras propias herramientas personales.
Si sientes que la situación actual te desborda, o que necesitas ayuda con cualquier otro aspecto de tu vida, en PsicoTorres estamos para ayudarte. Somos un equipo de Psicólogos especializados en distintos temas. Llama para pedir información al 653234336.
Esta pandemia, además de una gran crisis sanitaria y económica nos ha traído una gran crisis emocional y nuevos horizontes psicológicos como es el duelo por COVID-19. Además, cada persona, en estos momentos, está luchando su propia batalla interna. Hemos tenido que parar nuestra forma de vivir y readaptarnos a las nuevas circunstancias. Los sanitarios combatiendo el virus en primera linea, también los trabajadores que se dedican a sectores de primera necesidad están expuestos al contagio. Por otro lado, los afectados, los familiares de los afectados y los seres queridos de los fallecidos. El coronavirus nos hace mirar de cara a la muerte en una sociedad tan tanatofóbica como la nuestra. Todos tenemos motivos para sentir miedo, angustia, tristeza, melancolía, dolor…
El COVID-19 nos recuerda nuestra condición de mortalidad, que el tiempo es efímero, que no se puede dejar todo para mañana y menos una conversación importante. Nos recuerda que es lo verdaderamente ESENCIAL. También nos enseña sobre que es lo que nos hace vibrar por dentro y da sentido a nuestra vida. Asimismo, las emociones que, en principio, nos resultan desagradables son adaptativas y necesarias para atravesar el túnel. El túnel es el proceso de duelo.
Como bien comentaron nuestros compañeros de PSICOSANA en su post, «el duelo en tiempos de cuarentena por coronavirus», cuando hablamos de duelo hablamos de pérdida, no solo de muerte. Desde que nacemos estamos expuestos a múltiples duelos: pérdidas de amistades, trabajos, salud, rupturas sentimentales, fallecimientos, etc. Sin embargo, vamos a centrarnos a lo largo de este post en el duelo por COVID-19.
Freud habla de la elaboración del duelo como un trabajo. Un trabajo que consiste en aceptar la nueva realidad. Es un proceso lleno de dolor, no se puede elaborar el duelo sin dolor. También es un proceso de aceptación, tenemos que aceptar que la realidad no es como nosotros queremos. Para ello necesitamos conectar con nuestra emoción, permitirnos sentir.
Existen una serie de fases comunes, pero no significa que todos pasemos por todas ellas ni de la misma forma. Lo más común es una ambivalencia en las emociones. Tampoco es correcto ponerle una «fecha» al duelo, depende de muchos factores como el tipo de vínculo, la forma de la muerte, etc.
En primer lugar, la forma en la que fallece la persona hace que sea más dolorosa la pérdida. Actualmente, están cambiando las indicaciones en cuanto al momento de la muerte y están permitiendo ver al fallecido a algunas personas. Sin embargo, se aleja mucho de lo que hubiéramos deseado. No poder ver a la persona fallecida dificulta aceptar la realidad de la pérdida.
Por otro lado, las personas que pierden a un ser querido en estos tiempos viven su duelo en soledad. Este hecho dificulta la posibilidad de dar expresión a los sentimientos y abrirse al dolor. Necesitamos cercanía y muestras de afecto de nuestros seres queridos. El apoyo emocional recibido en los primeros momentos es fundamental, debido al COVID-19 no podemos tenerlo físicamente, lo que hace que aplacemos nuestro dolor. Podemos tener miedo a enfrentarnos a la oscuridad.
Los rituales nos ayudan simbólicamente a despedirnos de la persona que ha fallecido. El hecho de no poder realizarlos como nos gustaría también puede ser fruto de un mayor dolor. Es recomendable que sigamos haciendo rituales dentro de nuestras posibilidades actuales. Están empezando a trabajar realizando tanatorios virtuales donde habrá una sala de despedida que puede ayudar a elaborar la pérdida. Asimismo, habrá un libro de despedida donde se podrá escribir o un libro destinado para escribir anécdotas sobre el fallecido, el humor es una gran herramienta que ayuda a colocar el dolor.
El duelo es un problema emocional, subjetivo e ilógico, no hay que intentar dar una solución racional, lógica o formal. El objetivo de la terapia psicológica está dirigido a integrar la pérdida, es decir, poder recordar al ser querido con una tristeza sostenible.
Los dolientes por COVID-19 son equilibristas sin red, no cuentan con el apoyo necesario para poder sostener su dolor. Cualquier herramienta con la que se pueda contar es poca. El objetivo de la terapia psicológica también es sostener el dolor para evitar el sufrimiento. El sufrimiento es todo malestar «extra» causado por un manejo disfuncional en el proceso del duelo. La terapia es un lugar donde poder conectar con la pérdida y con todo el dolor que conlleva. Los psicólogos somos los copilotos del viaje, no decimos donde ir, no pisamos el acelerador, ni cogemos el volante. Nosotros podemos sugerir que cuando viene una curva y se va demasiado rápido puede ser peligroso, pero el doliente decide. El proceso del duelo es una montaña rusa desordenada en la que nosotros acompañamos.
En PsicoTorres podemos acompañar en la pérdida. Puedes contactar con nosotros a través del 653234336. Seguimos a tu lado de forma online. Llama y te informamos de todo.
En este Post, queremos recordar algunos errores comunicativos que son importantes que evitemos, sobre todo en esta etapa de confinamiento. No somos robot, seguramente se nos escapen en algún momento alguno de ellos. Sin embargo, el objetivo es tomar conciencia, saber cuáles tenemos e intentar ir mejorando nuestra forma de comunicarnos con los demás. No cuidar nuestra comunicación puede generar problemas de convivencia o dañar las relaciones que actualmente estamos manteniendo virtualmente. Ya es lo suficientemente duro estar separados de muchas de las personas que queremos. Intentemos, en la medida de lo posible, crear un ambiente saludable entre nosotros.
Los errores comunicativos más dañinos son los los cuatro jinetes del apocalipsis que ya comentamos en otro de nuestros post. Según los estudios que realizó Gottman en su laboratorio del amor pueden predecir rupturas de pareja. A continuación, vamos a comentar otros errores comunicativos aplicables a todo tipo de relaciones interpersonales: parejas, familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
No tenemos que olvidar que existen tantas realidades como mentes en el mundo. Cuando juzgamos, también estamos dando información de nosotros mismos. Puede que estemos utilizando el mecanismo de defensa de la proyección y estemos colocando en el otro lo que no soportamos o nos molesta de nosotros mismos. Un claro ejemplo nos lo da el paso del tiempo: resulta que la inmensa mayoría repetimos algunas conductas que alguna vez hemos criticado de nuestros padres. ¿No será que ya estaban en nosotros pero no nos dábamos cuenta? Existen refranes que nos recuerdan «Nunca digas nunca», o «Nunca digas que de este agua no beberé». Como seres humanos, tenemos que aceptar la incongruencia y permitir el error propio y ajeno.
También puede ocurrir lo contrario, criticamos lo diferente, lo que nos es ajeno. La pregunta es ¿Por qué? Moralmente tenemos conceptos del Mal y el Bien y aquí no pretendemos entrar en por qué juzgamos las conductas psicopáticas o perversas. Pero si queremos generar una reflexión sobre qué se está moviendo dentro de nosotros en cuestiones más simples. Por ejemplo: ¿Por qué llamamos a alguien egoísta? Quizás esa persona tenga algo que nosotros no tenemos, como el amor a sí mismo. Puede que esa persona se priorice y se elija como compañía cuando nosotros no sabemos estar solos y la necesitemos. Quizás estemos criticando algo que en el fondo envidiamos o que confundamos individualidad con egoísmo. Cada uno debería poner la mirada en sí mismo y aprender de él a través de lo que siente hacia los demás.
En primer lugar, antes de suponer preguntemos a la otra persona, ya que en muchas ocasiones nos equivocamos. En segundo lugar, en vez de juzgar intentemos describir la situación y en base a ella expresar como nos sentimos nosotros.
Es muy difícil no caer en algún momento en este error comunicativo. Es el más común y todos en mayor o menor medida lo hemos hecho alguna vez. Sería importante reducir su frecuencia o hacerlo en nuestra mente pero no transmitirlo al otro ya que no genera nada positivo.
Echar en cara es una forma de proyectar lo que nos frustra en el otro. «Por tu culpa soy una desgraciada». Nos coloca en una posición de víctima, pasiva y nos elude de la responsabilidad. Esta posición bloquea el cambio que se supone que deseamos tener.
Aquí viene otra gran estrella, el famoso «te lo dije». Preguntaros si realmente sirve para algo constructivo. Es otra forma de transmitir juicios morales. Nos estamos colocando en la posición del sabio. ¿Realmente lo somos?
Este tipo de error comunicativo lo utilizamos cuando «mágicamente» creemos poder leer la mente de la otra persona. Es igual de dañino pensar que nosotros lo sabemos todo de la otra persona como pensar que la otra persona debería saberlo todo sobre nosotros. Seríamos personas muy simples si esto fuera cierto. Además genera falsas expectativas, malas interpretaciones y muchas decepciones.
Añadir que este superpoder muchas personas piensan que lo tienen los psicólogos. Lo confesamos: con el graduado nos dan el poder de leer la mente y la varita mágica para solucionar los problemas de las personas.
Es propio de personas que quieren evitar los conflictos. De esta manera, se cronifican y se pueden volver inmanejables.
El absolutismo no acepta la individualidad del otro, no acepta que la otra persona piense de forma diferente. Es un error pensar que nosotros tenemos la verdad absoluta sobre cualquier tema.
Este error comunicativo hace referencia a la tendencia a corregir todo el tiempo al otro y poner el radar en sus fallos.
Hay que saber identificar cuando se está frente a un conflicto irresoluble. Estos son los que desgastan la energía y no llegan nunca a buen puerto. No se puede estar de acuerdo en todo Y NO PASA NADA. Una relación interpersonal no tiene por qué perder calidad por este motivo. Es positivo recordar qué os une y por qué merece la pena mantener la relación, sea del tipo que sea.
En principio querer comunicar es sano pero se convierte en patológico cuando no elegimos bien el momento ni las palabras.
Es un error utilizar el WhatsApp u otras redes sociales, para abordar temas importante. El mejor método es hacerlo en persona. En caso de no ser posible, es preferible tener la conversación a través de una videollamada para poder ver el lenguaje no verbal de la otra persona, o, al menos, por llamada telefónica para ver el tono de voz con el que se dicen las cosas.
En este confinamiento seguimos a tu lado. Puedes concertar tu cita psicológica a través del número de teléfono 653234336. Te informamos sin compromiso. Estamos realizando terapia online.
Llevamos unas cuentas semanas de confinamiento y tener una relación de pareja nos puede resultar más complicado que de costumbre. Son tiempos difíciles, tanto si se está conviviendo, como si se está realizando cuarentena por separado. Recientemente, os hemos enseñado uno de los juegos que utilizamos en consulta para fomentar un mayor conocimiento del otro miembro de la pareja (Ver–> Juego para parejas). En esta ocasión, vamos a centrarnos en otro de los pilares básicos: LA PASIÓN.
Al amor normalmente se le asocia mucho a la pasión. Cierto es, que es uno de los componentes fundamentales junto a la intimidad y el compromiso. Sin embargo, se suele tener ideas muy distorsionadas tanto del amor como de la pasión. Socialmente, se ha creando una conciencia nueva sobre el término del amor; de ser algo «todo poderoso» ha pasado a ser algo desvirtuado a golpe de click, de aguantar lo inaguantable en nombre del «amor» hemos pasado al miedo al compromiso.
Como Bauman diría: el amor de la sociedad post- moderna es líquido y frágil. Lo que antes era seguridad hoy lo llamamos monotonía. Lo que antes era seriedad hoy lo llamamos aburrido. Ya no hay compromiso, en cuanto surgen los problemas escapamos. Somos un «envase» listo para consumir. Exprimimos una relación y nos vamos a otra. No hay duelos, solo clavos ardiendo a los que agarrarnos.
Le exigimos lo divertido a la pareja, queremos que nos sorprenda, que nos haga sentir vivos, que nos haga sentir felices. Le exigimos aquello que no podemos encontrar en nosotros mismos. La realidad es que lo que no nos podamos dar nosotros, no lo va a generar el otro.
La persona Post-moderna es una adicta al enamoramiento, esa fase tan llena de hormonas de la felicidad y tan poco duradera a largo plazo. Teme perder su individualismo, teme perder su libertad de hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera. Ama su «yo» y teme perderlo amando a un «tú». No hace nada por el otro si eso no implica un propio beneficio. Sin embargo,vive en una angustia constante porque ningún vínculo es sólido. Ningún vínculo, sabemos si va a estar mañana, por lo que miramos a la otra persona con desconfianza. No queremos ser dejados primero, nos da miedo caer en la angustia, aunque lo sustituyamos rápidamente. Vivimos en una incertidumbre permanente, no nos permitimos encontrarnos con el otro.
En esta sociedad post-moderna, se suele confundir la pasión con la fase del enamoramiento. Pensamos que son esas «cosquillitas» en el estómago constantes. Y claro, cuando dejamos de sentirlas «es que ya no siento lo mismo» y dejamos la relación. ¿Obvio no? ya no es todo tan maravilloso como era, para qué aguantar más, no queremos malgastar nuestro tiempo en una relación en la que no sintamos ese subidón constante.
Existen muchos tipos de amor (ver en link–> El amor y sus tipologías), este que comentábamos sería el encaprichamiento si solo se fundamenta en la pasión o el amor romántico si además de pasión hay intimidad. Para tener una relación de pareja saludable deberían estar los tres componentes: pasión, intimidad y compromiso.
Os recomendamos un juego para parejas denominado «Desire» que podéis utilizar en la cuarentena tanto si estáis juntos como separados. Es una aplicación que os tendríais que descargar cada uno en el teléfono móvil. El juego consiste en ir poniendo retos. Hay distintas categorías a elegir. Os dejamos un pequeño vídeo donde explican en qué consiste –> Vídeo Desire.
Os recordamos que en PsicoTorres estamos realizando terapia online. Os podéis poner en contacto a través del número de teléfono 653234336 y os informamos de todo. Estaremos encantadas de ayudaros.