Todos y todas alguna vez hemos oído hablar de las crisis del ciclo vital. Las bromas sobre la famosa crisis de los 40 no pasan desapercibidas… y cierto es que la Psicología también se ha interesado por este tema.
Diferentes psicólogos han postulado teorías acerca de las crisis del ciclo vital. Una de las más conocidas es la de Erikson. Este es un teórico de la personalidad que fundó la «Psicología del yo». Plantea que durante el ciclo vital nos desarrollamos en 8 fases que responden a la necesidad de adaptación del yo. Estas fases son acumulativas. Vamos a conocerlas.
En esta etapa el bebé vive en una dependencia absoluta. Esto quiere decir que depende de otros para satisfacer sus necesidades básicas. Si sus necesidades están cubiertas de forma satisfactoria, el bebé generará una confianza. Por el contrario, si no se satisfacen sus necesidades, el bebé sentirá una desconfianza y visualizará el mundo como un lugar hostil. La satisfacción de sus necesidades es la base de futuras relaciones. Evidentemente, estamos hablando del Apego, el vínculo que une a las personas.
Una forma de satisfacer las necesidades del bebé es respondiendo a las demandas del llanto. Mucho cuidado con seguir o sugerir consejos del tipo «déjale que llore para que aprenda a dormir solo» o «no le cojas, que le acostumbras a brazos». Estos consejos pueden llevar a crear una desconfianza en el bebé.
Como decíamos, las etapas son acumulativas por lo que esta fase depende de la anterior. Un niño al que le han satisfecho sus necesidades y tiene un sentimiento de confianza, podrá ser más autónomo para poder explorar el mundo exterior. No tiene miedo para hacerlo porque el mensaje que se le ha transmitido es que el mundo no es un lugar hostil.
Sin embargo, en el otro extremo estaría un niño dubitativo y vergonzoso. Estos niños no exploran el mundo por la incertidumbre que le genera el no saber quién le podría proteger cuando algo vaya mal.
Este es el momento en el que el niño quiere hacer cada vez más cosas. Un niño con iniciativa destaca por el dominio, la competencia, los propósitos, las intenciones, la realización de las actividades, etc. Es un individuo que está explorando el ambiente y aprendiendo. Para conseguir todo esto, necesita la aprobación social. Si no la tiene aparece la culpa, disminuyendo la iniciativa y la seguridad en sí mismo. Si falla la aprobación social se convierten en niños tímidos, inseguros y miedosos.
La laboriosidad significa que los niños tratan de aprender las labores de su cultura con éxito. El objetivo de esta etapa es sentirse útil y competente. Un fracaso en esta crisis vital está asociado al sentimiento de inferioridad.
Los niños van evolucionando a un nivel realista de dependencia, es decir, dependen de los demás en las áreas que sea necesaria dicha dependencia. También empiezan a aparecer los iguales. Los iguales son aquellas personas con las que el niño se identifica pero también con las que se compara.
La Adolescencia es la etapa en la que un individuo se prepara para ser un adulto. Su duración aproximada es desde los 12 hasta los 20 años, pudiendo variar según la persona.
Un discípulo de Erikson, Marcia, realizó una clasificación de las diferentes formas de vivir la identidad por parte de los adolescentes. La denominó «La tipología del Status de identidad». Cada clasificación consta de dos características: crisis y compromiso. Hasta que no se han vivido estos dos aspectos, según Marcia, se carece de identidad.
La intimidad es descrita como la forma de establecer una relación estrecha y mutuamente satisfactoria con otra persona. Consiste en unirse a otro sin perder las cualidades propias. Para ello, es necesario que la persona haya creado su propia identidad. En este sentido, el mito de la media naranja puede hacer mucho daño. Debemos ser naranjas enteras para poder compartir nuestros gajos con otra persona.
En caso de no tener una identidad definida, no podrá unirse con otros. Lo más probable es que le cueste entenderse con otra persona o que se fusione con ella. Finalmente, estarán condenados al aislamiento, ya que la única manera de relacionarse con el otro es desde uno mismo.
Erikson considera que para superar esta crisis del ciclo vital, las personas en esta etapa tienen que dirigir sus energías hacia el exterior. Es decir, deben preocuparse por dejar un legado a las generaciones siguientes. Caminar y guíar al resto. ¿Cómo podemos identificar si una persona está en generatividad o estancamiento?
Las personas en la posición de generatividad tienen las siguientes características:
Las personas en estancamiento disponen de las siguientes características:
Lo cierto es que EXISTE pero no de forma universal. Es una transición como el resto de crisis del ciclo vital que hemos ido comentando. Esta etapa implica planteamientos, prioridades… pero que una transición se convierta en una crisis estable de esta etapa, depende de las circunstancias individuales y de los recursos personales. Las transiciones siempre pueden dar lugar a un desarrollo positivo o uno negativo y no podemos generalizar.
Esta crisis del ciclo vital trae consigo el darse cuenta de la condición mortal. Muchas personas, ante esta condición, descubren que no han podido cumplir sus sueños de la juventud, o que los han cumplido pero no era como esperaban. Saben que si desean cambiar el rumbo tienen que hacerlo rápido y luchan por reestructurar sus vidas. Es en este momento cuando empieza a ser vivido como una crisis estable característica de esta franja de edad. Esta etapa también es llamada la segunda adolescencia.
En esta crisis del ciclo vital es necesario integrar lo que se ha vivido en la vida. Al hablar de integridad estamos hablando de coherencia, de dar un sentido a lo que se ha vivido para así poder hacer frente a la muerte. Por el contrario, la desesperación es la sensación de fracaso, de haber perdido oportunidades o el tiempo.
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