En este post contamos cómo se pueden detectar pensamientos irracionales o distorsiones cognitivas . Para ello, vamos a hablar de los criterios de racionalidad. Estos criterios nos ayudan a saber cuándo estamos teniendo pensamientos inadecuados ante una situación.
Para saber si un pensamiento es cierto, tenemos que basarnos en evidencias, en pruebas palpables. En hechos específicos que corroboren ese pensamiento.
Por ejemplo, una persona puede pensar «voy a suspender». Esto podría ser cierto, pero hay que indagar a través de preguntas del tipo: ¿Cuántas veces has pensado eso y no ha ocurrido? ¿En qué te basas para decir que vas a suspender? si esto te lo contara una persona querida para ti ¿Qué le dirías?
Otro criterio para detectar pensamientos irracionales es que generan emociones muy intensas e inadecuadas ante una situación. En este caso, preguntas que nos pueden ayudar sería: ¿Qué es lo peor que puede pasar? y si pasa, ¿realmente eso es tan malo?
Muchas personas aquí pueden responder que sí, que les produce mucha ansiedad que algún hecho determinado ocurra, aunque sepan que es irracional. Aquí podemos estar hablando de Síndromes de Ansiedad que requieren de un tratamiento psicológico individualizado.
Es importante analizar si lo que estamos pensando es o no es útil. La pregunta clave sería ¿Para qué te sirve pensar de esa forma? Si se encuentran respuestas lógicas perfecto, pero si solo sirve para entrar en un bucle de pensamientos negativos, que además no están basados en certezas… estamos ante pensamientos irracionales.
Otro forma de detectar pensamientos irracionales es a través de las palabras que se utilizan. Suelen ser comentarios extremistas, catastróficos, rígidos, generalizados, etc. Un pensamiento adecuado es flexible. Tiene la capacidad de ver los diferentes grises de una situación.
El primer paso, es detectar o ser conscientes de que algo va mal dentro de nosotros. En ese momento, podemos empezar a trabajar. Si sientes que tienes pensamientos irracionales, cuenta con el equipo de psicólogos de PsicoTorres. Estamos en calle María Auxiliadora, Nº 74, 2ºB o Calle María Auxiliadora, Nº 55, Entreplanta. También realizamos terapia online. Pide información y tu cita en el 653234336.
El confinamiento total está llegando a su fin y es tiempo de reflexionar. Poco a poco, según la comunidad autónoma, vamos recuperando hábitos y acercándonos a lo que se está denominando la «nueva normalidad». Sería bueno pararnos a reflexionar, echar la vista atrás y hacer un análisis de cómo nos hemos sentido durante este tiempo. ¿Qué nos ha costado más? ¿Qué hemos o estamos echando de menos? y también preguntarnos sobre ¿Qué nos ha gustado de nuestra nueva rutina? De toda adversidad se pueden sacar grandes aprendizajes, sería interesante analizar sobre cómo hemos estado viviendo antes de la pandemia, cómo hemos vivido durante ella y cómo nos gustaría vivir tras superarla.
Muchas son las personas que nos han comentado en terapia que lo están viviendo como una crisis personal. Nunca antes habían tenido tiempo de parar, de estar con ellos mismos y les está sirviendo para conectar con su propia individualidad. A algunas personas, el confinamiento les está sirviendo para darse cuenta de las sombras de las que intentaban escapar. La hiperactividad, momentáneamente, nos ayuda a escapar de nosotros mismos, pero es un simple parche. Lo que no se resuelve, vuelve. No mirar de cara a nuestros conflictos internos nos condena a tropezar con las mismas piedras, repetir patrones o cometer los mismos errores.
Es tiempo de reflexionar sobre nuestro estilo de vida, si queremos conformarnos con «la mera vida» (como diría el famoso filósofo Byung-Chul Han) en la que somos esclavos de nosotros mismos, o queremos empezar a caminar hacia la verdadera libertad. Lanzamos unas preguntas:
Muchas veces la libertad está en las pequeñas cosas, como por ejemplo, en la capacidad de decir NO. En la sociedad del rendimiento y del «puedo con todo» el no poder poder crea culpa y sentimientos de fracaso que pueden derivar en una depresión del «éxito».
Ahora ya no tenemos que buscar la información, hablamos a nuestro móvil para que en un micro segundo nos exponga a un atracón informativo. No revisamos la fuente y cualquier fake news es plausible para nosotros. Todos somos expertos de cualquier tema. En esto consiste el «Efecto de Dunning-Kruger», podéis profundizar sobre este tema en el siguiente artículo–> ¿Por qué la gente opina de todo sin tener ni idea?
Instagram nos ayuda a ponerle un filtro a la vida y nos hace creer que nuestra autoestima se mide en «likes». ¿Somos tan guapos como nuestros «likes»? ¿Somos tan queridos como seguidores tenemos? ¿Cuántas veces has pensado que te encantaría ir por la vida con el filtro de Instagram? ¿Cuántas veces te has sentido triste por compararte con la foto que ha subido una persona? ¿Alguna vez has pensado que te gustaría que tu vida fuera tan interesante como la que muestra otra persona a través de sus fotos?
¿Cuántas veces has sentido que tienes una careta puesta? ¿Has dicho alguna «mentira piadosa» por vergüenza a la verdad? ¿Cuántas veces has dicho que estás bien cuando no lo estás? ¿Cuántas veces has querido aparentar una imagen en la que tú mismo no te reconoces? ¿Intentas fingir ser unos valores o una persona que no eres? ¿Muestras una imagen de dureza por miedo a que te hagan daño?
Estos son otros de los rasgos característicos que priman en nuestra sociedad. Perjudican mucho a la forma de vincularnos. Queremos cuentos Disney, comer perdices y ser felices para siempre. Nos hemos creído que eso es posible y rechazamos todo lo que tenga que ver con el esfuerzo o sacrificio. Las relaciones serias nos abruman, huimos de los conflictos y el mejor consejo que le damos a los amigos es un «no te rayes». No hay tiempo para la tristeza, el análisis, la reflexión, la paciencia, la espera, el silencio, la incertidumbre, la duda. Todo esto nos genera un terrible rechazo.
Como no existe el tiempo de estar con nosotros mismos, no sabemos quiénes somos, ni quiénes hemos sido, ni quiénes queremos ser. Deambulamos dejándonos llevar por lo que se supone que tenemos que hacer a la edad que nos toca. Asimismo, si no cumplimos esos estándares somos unos fracasados o la oveja negra de la familia.
En PsicoTorres tienes un lugar para reencontrarte con tus luces y sombras. Es un lugar de reflexión y análisis. Podemos acompañarte con las dificultades que estés viviendo. Pide cita previa a través del número de teléfono: 653234336. Te acompañamos tanto en terapia presencial como en terapia on line.
Empiezan las buenas noticias con respecto al coronavirus, la curva de los contagios va disminuyendo lo que permite que comencemos con la desescalada. Muchos habrán disfrutado de las pequeñas salidas pero otros tendrán nuevos miedos o verán agudizados sus temores conocidos. Es posible que el miedo al contagio, en principio normal, se convierta en pensamientos rumiativos donde el COVID-19 es el monotema de su mente. Todo ello, puede derivar en cuadros clínicos como el TOC (ver enlace), trastorno que ya explicamos con anterioridad.
En estos tiempos, es normal y necesario que todos tengamos un nivel de alerta superior al habitual. Algunas pequeñas dosis de activación nos permiten estar protegidos y atentos a posibles peligros reales. Es real que tenemos que tener unas medidas de seguridad, como son: la distancia, la mascarilla, los guantes, una buena higiene de manos, una buena limpieza de nuestro hogar o lugar de trabajo, etc. Puede ser más peligroso no ser conscientes de esto. Sin embargo, también es peligroso para nuestra salud mental extremar los rituales de limpieza como forma de compulsión o tener pensamientos rumiativos sobre el COVID-19. Es momento de pedir ayuda profesional si creemos que nuestros pensamientos o rituales están dominando nuestra vida.
En consulta, tras realizar un estudio individualizado del caso, veríamos qué herramientas o técnicas son más oportunas a utilizar. Algunas estrategias psicológicas que han mostrado su eficacia para abordar, a nivel sintomático, problemáticas como el TOC son: técnicas de exposición, la desensibilización sistemática y la restructuración cognitiva (ver enlaces), todas explicadas en nuestros anteriores post.
También existen otros ejercicios que se pueden utilizar de forma alternativa o paralela a estas técnicas que han demostrado tener muy buenos resultados. Os contamos algunos de los que solemos realizar en terapia.
Para romper el automatismo de las obsesiones o compulsiones nos puede servir realizar conductas alternativas que distraigan nuestra atención. Hay muchos ejercicios con esta finalidad. Como no sirve todo para todo el mundo, hay que ir probando en terapia distintas formas de hacerlo.
Para eliminar el bucle de las rumiaciones una tarea interesante puede ser cantar la obsesión en lugar de pensarla. También poner voces raras o divertidas a la obsesión cumpliría la misma finalidad que la anterior tarea citada. Otro ejercicio para combatir los pensamientos intrusivos sería «el comentarista de Radio malas noticias» donde nosotros mismos, cuando reconozcamos que estamos siendo catastrofistas, usemos el humor para restructurarnos el pensamiento. Las redes sociales nos dan una información positiva en este sentido, hay miles de memes, parodias, chistes o canciones que nos pueden servir de ejemplo o guía para crear nuestras propias herramientas personales.
Si sientes que la situación actual te desborda, o que necesitas ayuda con cualquier otro aspecto de tu vida, en PsicoTorres estamos para ayudarte. Somos un equipo de Psicólogos especializados en distintos temas. Llama para pedir información al 653234336.
Esta pandemia, además de una gran crisis sanitaria y económica nos ha traído una gran crisis emocional y nuevos horizontes psicológicos como es el duelo por COVID-19. Además, cada persona, en estos momentos, está luchando su propia batalla interna. Hemos tenido que parar nuestra forma de vivir y readaptarnos a las nuevas circunstancias. Los sanitarios combatiendo el virus en primera linea, también los trabajadores que se dedican a sectores de primera necesidad están expuestos al contagio. Por otro lado, los afectados, los familiares de los afectados y los seres queridos de los fallecidos. El coronavirus nos hace mirar de cara a la muerte en una sociedad tan tanatofóbica como la nuestra. Todos tenemos motivos para sentir miedo, angustia, tristeza, melancolía, dolor…
El COVID-19 nos recuerda nuestra condición de mortalidad, que el tiempo es efímero, que no se puede dejar todo para mañana y menos una conversación importante. Nos recuerda que es lo verdaderamente ESENCIAL. También nos enseña sobre que es lo que nos hace vibrar por dentro y da sentido a nuestra vida. Asimismo, las emociones que, en principio, nos resultan desagradables son adaptativas y necesarias para atravesar el túnel. El túnel es el proceso de duelo.
Como bien comentaron nuestros compañeros de PSICOSANA en su post, «el duelo en tiempos de cuarentena por coronavirus», cuando hablamos de duelo hablamos de pérdida, no solo de muerte. Desde que nacemos estamos expuestos a múltiples duelos: pérdidas de amistades, trabajos, salud, rupturas sentimentales, fallecimientos, etc. Sin embargo, vamos a centrarnos a lo largo de este post en el duelo por COVID-19.
Freud habla de la elaboración del duelo como un trabajo. Un trabajo que consiste en aceptar la nueva realidad. Es un proceso lleno de dolor, no se puede elaborar el duelo sin dolor. También es un proceso de aceptación, tenemos que aceptar que la realidad no es como nosotros queremos. Para ello necesitamos conectar con nuestra emoción, permitirnos sentir.
Existen una serie de fases comunes, pero no significa que todos pasemos por todas ellas ni de la misma forma. Lo más común es una ambivalencia en las emociones. Tampoco es correcto ponerle una «fecha» al duelo, depende de muchos factores como el tipo de vínculo, la forma de la muerte, etc.
En primer lugar, la forma en la que fallece la persona hace que sea más dolorosa la pérdida. Actualmente, están cambiando las indicaciones en cuanto al momento de la muerte y están permitiendo ver al fallecido a algunas personas. Sin embargo, se aleja mucho de lo que hubiéramos deseado. No poder ver a la persona fallecida dificulta aceptar la realidad de la pérdida.
Por otro lado, las personas que pierden a un ser querido en estos tiempos viven su duelo en soledad. Este hecho dificulta la posibilidad de dar expresión a los sentimientos y abrirse al dolor. Necesitamos cercanía y muestras de afecto de nuestros seres queridos. El apoyo emocional recibido en los primeros momentos es fundamental, debido al COVID-19 no podemos tenerlo físicamente, lo que hace que aplacemos nuestro dolor. Podemos tener miedo a enfrentarnos a la oscuridad.
Los rituales nos ayudan simbólicamente a despedirnos de la persona que ha fallecido. El hecho de no poder realizarlos como nos gustaría también puede ser fruto de un mayor dolor. Es recomendable que sigamos haciendo rituales dentro de nuestras posibilidades actuales. Están empezando a trabajar realizando tanatorios virtuales donde habrá una sala de despedida que puede ayudar a elaborar la pérdida. Asimismo, habrá un libro de despedida donde se podrá escribir o un libro destinado para escribir anécdotas sobre el fallecido, el humor es una gran herramienta que ayuda a colocar el dolor.
El duelo es un problema emocional, subjetivo e ilógico, no hay que intentar dar una solución racional, lógica o formal. El objetivo de la terapia psicológica está dirigido a integrar la pérdida, es decir, poder recordar al ser querido con una tristeza sostenible.
Los dolientes por COVID-19 son equilibristas sin red, no cuentan con el apoyo necesario para poder sostener su dolor. Cualquier herramienta con la que se pueda contar es poca. El objetivo de la terapia psicológica también es sostener el dolor para evitar el sufrimiento. El sufrimiento es todo malestar «extra» causado por un manejo disfuncional en el proceso del duelo. La terapia es un lugar donde poder conectar con la pérdida y con todo el dolor que conlleva. Los psicólogos somos los copilotos del viaje, no decimos donde ir, no pisamos el acelerador, ni cogemos el volante. Nosotros podemos sugerir que cuando viene una curva y se va demasiado rápido puede ser peligroso, pero el doliente decide. El proceso del duelo es una montaña rusa desordenada en la que nosotros acompañamos.
En PsicoTorres podemos acompañar en la pérdida. Puedes contactar con nosotros a través del 653234336. Seguimos a tu lado de forma online. Llama y te informamos de todo.
Llevamos unas cuentas semanas de confinamiento y tener una relación de pareja nos puede resultar más complicado que de costumbre. Son tiempos difíciles, tanto si se está conviviendo, como si se está realizando cuarentena por separado. Recientemente, os hemos enseñado uno de los juegos que utilizamos en consulta para fomentar un mayor conocimiento del otro miembro de la pareja (Ver–> Juego para parejas). En esta ocasión, vamos a centrarnos en otro de los pilares básicos: LA PASIÓN.
Al amor normalmente se le asocia mucho a la pasión. Cierto es, que es uno de los componentes fundamentales junto a la intimidad y el compromiso. Sin embargo, se suele tener ideas muy distorsionadas tanto del amor como de la pasión. Socialmente, se ha creando una conciencia nueva sobre el término del amor; de ser algo «todo poderoso» ha pasado a ser algo desvirtuado a golpe de click, de aguantar lo inaguantable en nombre del «amor» hemos pasado al miedo al compromiso.
Como Bauman diría: el amor de la sociedad post- moderna es líquido y frágil. Lo que antes era seguridad hoy lo llamamos monotonía. Lo que antes era seriedad hoy lo llamamos aburrido. Ya no hay compromiso, en cuanto surgen los problemas escapamos. Somos un «envase» listo para consumir. Exprimimos una relación y nos vamos a otra. No hay duelos, solo clavos ardiendo a los que agarrarnos.
Le exigimos lo divertido a la pareja, queremos que nos sorprenda, que nos haga sentir vivos, que nos haga sentir felices. Le exigimos aquello que no podemos encontrar en nosotros mismos. La realidad es que lo que no nos podamos dar nosotros, no lo va a generar el otro.
La persona Post-moderna es una adicta al enamoramiento, esa fase tan llena de hormonas de la felicidad y tan poco duradera a largo plazo. Teme perder su individualismo, teme perder su libertad de hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera. Ama su «yo» y teme perderlo amando a un «tú». No hace nada por el otro si eso no implica un propio beneficio. Sin embargo,vive en una angustia constante porque ningún vínculo es sólido. Ningún vínculo, sabemos si va a estar mañana, por lo que miramos a la otra persona con desconfianza. No queremos ser dejados primero, nos da miedo caer en la angustia, aunque lo sustituyamos rápidamente. Vivimos en una incertidumbre permanente, no nos permitimos encontrarnos con el otro.
En esta sociedad post-moderna, se suele confundir la pasión con la fase del enamoramiento. Pensamos que son esas «cosquillitas» en el estómago constantes. Y claro, cuando dejamos de sentirlas «es que ya no siento lo mismo» y dejamos la relación. ¿Obvio no? ya no es todo tan maravilloso como era, para qué aguantar más, no queremos malgastar nuestro tiempo en una relación en la que no sintamos ese subidón constante.
Existen muchos tipos de amor (ver en link–> El amor y sus tipologías), este que comentábamos sería el encaprichamiento si solo se fundamenta en la pasión o el amor romántico si además de pasión hay intimidad. Para tener una relación de pareja saludable deberían estar los tres componentes: pasión, intimidad y compromiso.
Os recomendamos un juego para parejas denominado «Desire» que podéis utilizar en la cuarentena tanto si estáis juntos como separados. Es una aplicación que os tendríais que descargar cada uno en el teléfono móvil. El juego consiste en ir poniendo retos. Hay distintas categorías a elegir. Os dejamos un pequeño vídeo donde explican en qué consiste –> Vídeo Desire.
Os recordamos que en PsicoTorres estamos realizando terapia online. Os podéis poner en contacto a través del número de teléfono 653234336 y os informamos de todo. Estaremos encantadas de ayudaros.
Como ya hemos mencionado, la forma en la que nos comunicamos es muy importante. Tener una buena comunicación es una forma de cuidar nuestras emociones. Asimismo, cómo nos sentimos tiene poder sobre nuestro sistema inmune. Por lo tanto, tener una Comunicación funcional tiene más beneficios de los que podemos pensar. En estos tiempos, más que nunca, hay que generar un sentimiento de unión. Hay que luchar todos juntos en una misma dirección. Es de suma importancia generar un ambiente de armonía. Para ello, hay que eliminar al máximo la negatividad. Una forma de hacerlo es eliminando de nuestro vocabulario a los cuatro jinetes el apocalipsis.
Es comprensible que estemos molestos con la situación actual que estamos viviendo. También es entendible que estemos viendo cosas que nos indignan, que nos hagan sentir frustrados y que nos generen cierta irascibilidad. No es bueno que reprimamos estos sentimientos, pero tampoco es bueno que utilicemos la crítica para expresarlos. No es positivo ni para nosotros, ni para quien la recibe.
Cuando criticamos, estamos englobando la personalidad de la otra persona: «tú eres un incompetente». La crítica es general y estable. Este mensaje no tiene nada de constructivo. No genera cambios, solo aporta sentimientos negativos a la persona que los recibe. Muy importante también no generalizar: «no haces NADA bien». Estos mensajes nos tiñen la situación de forma más negativa de lo que realmente es y como consecuencia influye en nuestras propias emociones.
¿Cómo la transformamos? A través de la QUEJA. Esta es concreta y se refiere a las conductas o situaciones específicas. El impacto de este lenguaje en nuestras emociones es mucho más manejable. Esta pequeña estrategia comunicativa sirve tanto para las noticias que estamos viendo ahora por la televisión, como para relacionarnos de forma más saludable con nuestras personas cercanas.
Utilizar la crítica en nuestra forma de comunicarnos puede generar problemas graves en nuestras relaciones interpersonales. Os invitamos a tener conciencia sobre si la utilizáis en vuestro día a día e intentar transformarla en la queja. La podemos cambiar utilizando la técnica del Mensaje yo. Por ejemplo: «Yo me siento frustrada cuando miras el móvil mientras te hablo». Además, para reforzar el mensaje podemos añadir nuestra petición: «Me gustaría que me miraras, eso me haría sentir que me escuchas». Es importante expresar claramente lo que queremos y no caer en el mito de «si me conociera sabría lo que me gusta» o los «yo lo haría».
Las faltas de respeto hay que eliminarlas por completo de nuestra comunicación. Es un grado más alto que la crítica. Serían las burlas, el sarcasmo, los insultos, algunos gestos determinados, el escepticismo, etc. Este tipo de mensajes es totalmente hiriente y nada constructivo.
Este tipo de actitud consiste en contestar con críticas a otras críticas. Entraríamos en una especie de escalada que podríamos resumir en «y tú más». También suele aparecer aunque no nos hayan criticado, puede que la persona se sienta atacada y conteste con una crítica a un falso ataque. Esta postura niega la propia responsabilidad del conflicto. No nos permite asumir parte de la solución de este.
Por otro lado, es un mala estrategia de afrontamiento de problemas utilizar un momento de discusión para sacar errores pasados de la otra persona. Esto es algo muy común que observamos en la consulta. La persona se guarda algo que le molesta y lo saca en una discusión sobre otro tema «pues tú el otro día hiciste…». Recordamos que el hecho de guardarnos las cosas que nos molestan suele llevarnos a somatizar o a tener un estilo de comunicación agresivo. Es importante hablar en el momento sobre las cosas, si no es posible, no esperar a que pase mucho tiempo.
Este tipo de actitud es ese «paso». Las personas que la utilizan están EVITANDO el problema a través de actitudes de silencio (no confundir con silencio asertivo), expresiones corporales, inexpresividad, pasividad, etc. La realidad es la que es por mucho que la evitemos. Este tipo de actitud solo hace que los conflictos que tengamos, sean del tipo que sean, se cronifiquen.
Relacionándolo con la situación actual, este tipo de actitud la pueden tener las personas que no toman las medidas protectoras necesarias porque piensan que esta pandemia no va con ellos. Por ejemplo, salimos a la compra y no llevamos protección, llegamos a casa y no nos lavamos las manos, nos tocamos la cara sin pensar que tenemos riesgo a contagiarnos. También lo sustentarían pensamientos del tipo «a mi no me va a tocar» o «si me contagio, será como un simple catarro». En este problema, todos y cada uno de nosotros, en mayor o menor medida, formamos parte de la solución.
Estos cuatro jinetes del apocalipsis no forman parte de la solución de ningún conflicto. Es una forma de agravar los problemas que tenemos. Son aspectos de nuestra comunicación que pueden ocasionar problemas de convivencia, mayor estrés o malestar generalizado y agravamiento de las disputas, entre otras cosas. Sería interesante, que cada uno de vosotros reflexionara sobre cuales de estos cuatro jinetes tiene tendencia a utilizar para intentar erradicarlos o reducirlos.
En este confinamiento, no permitas que entre en tu casa ni el coronavirus, ni los cuatro jinetes del apocalipsis. Son malos compañeros de piso. Busca la unión y armonía. No pongas la mirada en todo lo que los demás están haciendo mal y reflexiona sobre qué puedes tú aportar dentro de tus posibilidades.
Nuestro equipo de psicólogos sigue ejerciendo de forma online. Puedes ponerte en contacto a través del número de teléfono: 653234336.
Hola a todos y todas, esperamos que estéis bien tanto vosotros como vuestros seres queridos. Para poner un poquito de diversión a este confinamiento vamos a enseñaros uno de los juegos que utilizamos en consulta para parejas. Este juego lo pueden realizar tanto las parejas que estén juntas en casa como las parejas que estén separadas.
Estar confinados puede resultar complicado tanto si convivís como si estáis separados. Por ello, queremos dar una recomendación: TENER MOMENTOS DE INTIMIDAD E INDIVIDUALIDAD. Ambos aspectos son fundamentales para tener una buena convivencia, ahora y siempre. Es de igual importancia tener un espacio personal como realizar actividades en pareja. La balanza tiene que estar equilibrada para poder tener una relación sana.
El juego que proponemos esta basado en uno de los principios básicos para tener una relación saludable. Es lo que los psicólogos llamamos el MAPA DEL AMOR. Para tener una buena relación es importante conocer a la persona con la que estamos compartiendo nuestra vida. Algo muy común que nos encontramos en consulta es que vienen dos personas desconocidas y desconectadas. Nuestras vivencias hacen que nuestros gustos y valores cambien. Si no nos preocupamos por el mundo interno de nuestra pareja, habrá un momento que dejemos de saber quién es.
Por el estilo de vida que la sociedad nos ha impuesto, no solemos pasar mucho tiempo de calidad con nuestras parejas. Por ese motivo, se ha observado que suele haber más crisis o rupturas en etapas vacacionales. (Lo contamos en el siguiente link–>¿Por qué hay tantas rupturas de pareja en vacaciones?). Las parejas que conviven en este confinamiento pasan muchas horas juntos. Esto puede generar roces en la convivencia. ¿Qué mejor oportunidad para reconectar y volver a conoceros?
Instrucciones: Elegir al azar veinte números del uno al sesenta. Cada uno debe hacer al compañero las preguntas que correspondan con los números elegidos. Si el compañero responde correctamente, gana el número de puntos indicados en la pregunta y la otra persona ganará un punto. Si falla, ninguno de los dos consigue puntos. Ambas personas tienen que preguntar y responder. El ganador es quién consiga mayor número de puntos en las 20 preguntas.
Este juego podéis realizarlo tantas veces como queráis, podéis completar las 60 preguntas. Sería muy interesante que si falláis alguna pregunta aprovechéis para conocer la verdadera respuesta. Asimismo, podrías profundizar en algunas de ellas. Hay preguntas de todo tipo, incluidas sobre sexualidad. Es muy importante que habléis también abiertamente sobre ella. La sexualidad es una forma de amar, es un medio para satisfacer la necesidad básica de intimidad.
Os recordamos que el equipo de PsicoTorres sigue trabajando de forma online. Podéis poneros en contacto a través del número de teléfono 653234336 y os informamos. Estaremos encantadas de ayudaros a sobrellevar mejor este confinamiento. Mucho ánimo para todos y todas.
Tener una buena comunicación en el hogar siempre es importante, pero en época de confinamiento más todavía. Estamos pasando muchas horas juntos, ya sea con compañeros de piso, con las parejas, con nuestros familiares… o si estamos en soledad, en los momentos que nos comuniquemos también es muy importante que sea de forma asertiva.
El hecho de estar viviendo una situación complicada puede generar irascibilidad. No dejemos que ésta nos domine. Vamos a aprender a canalizarla de forma saludable. Como ya hemos comentado es normal tener miedos, o incluso sentirnos molestos con la situación, pero hablemos de ello de forma adecuada.
Como decía el famoso experto en comunicación Paul Watzlawick «es imposible no comunicar». Ser es comunicarse, toda nuestra conducta es comunicación. Lo que decimos y lo que no decimos. Nuestro lenguaje verbal y no verbal. Las miradas, los gestos, los silencios… también expresan.
La comunicación es la base para tener relaciones interpersonales satisfactorias. Somos seres sociales por lo que es de suma importancia estar conectados con los demás. Es una necesidad básica para sentir bienestar.
Para tener una comunicación saludable hay que tener en cuenta distintos aspectos.
Para comunicarse de forma funcional siempre hay que tener en cuenta al otro. Muchas veces el hecho de no tenerle en cuenta nos lleva a lo que denominamos el «sincericidio». Suele ir acompañado de frases como «yo siempre digo lo que pienso», «quien bien te quiere te hará llorar», «si no lo suelto reviento» o derivados. Recordar que la sinceridad sin empatía, es solo crueldad.
Por otro lado, puede ocurrir que el mensaje que vayamos a transmitir sea muy empático, pero si no tenemos en cuenta al otro tampoco va a servir. Existen dos situaciones muy comunes donde ocurre esto:
La comunicación asertiva la utilizan las personas que expresan lo que sienten y piensan sin dañar al otro. Hay una variante en este tipo de comunicación que se puede utilizar para los casos de las situaciones que hemos mencionado anteriormente, es el silencio asertivo. Significa guardar silencio cuando se percibe que la otra persona no está en buena situación de escuchar.
Es muy importante que quede clara la diferencia entre el silencio asertivo con el estilo de comunicación sumiso. Como hemos mencionado, el silencio también es comunicación. En cambio, el sumiso no expresa en ninguna situación cómo se siente y piensa, por lo que es común que posteriormente explote. Sus palabras no dichas pueden manifestarse a través de somatizaciones (dolores de cabeza, dolores musculares, síntomas de ansiedad, etc.) ya que todo lo que callamos, el cuerpo lo habla, o a través del estilo de comunicación agresivo. El estilo agresivo lo utilizan las personas que se expresan dañando a la otra persona, suelen realizar críticas no constructivas, burlas, ataques, desprecios, etc.
Una técnica sencilla que podéis empezar a poner en práctica en estos días de confinamiento para trabajar la asertividad es EL MENSAJE YO. Este mensaje está basado en nuestras emociones. Se utiliza para expresarle a alguien cómo nos sentimos cuando hace ciertas conductas:
«Yo me siento (añadir emoción) cuando tú haces (añadir conducta)».
Si en estos días de confinamiento no conseguís tener una comunicación funcional, os ayudamos. Tener una buena comunicación es una forma de cuidar vuestras emociones y vuestra salud mental. Podéis poneros en contacto a través del número de teléfono: 653234336. Seguimos realizando terapia de manera online.